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sábado, 13 de junio de 2015

CONOCIENDO EL CARMEN CORONADA DE SAN CAYETANO II: NOVENAS, VELADAS Y BANDAS A PRINCIPIOS DEL XX

 

Nuestra Señora del Carmen en los años 40
 
    La actividad de la Archicofradía es muy intensa en la ciudad de Córdoba. La Virgen del Carmen es la que procesiona por Córdoba el día de su fiesta, cada 16 de julio.
    Es hermano mayor D. Pedro Zapatero, el cual renueva los estatutos en 1917. Los gastos de 1917 reflejan la importancia de la novena, las misas de difuntos y el montaje y llevar los pasos de la Virgen y Santa Teresa, así como la música de la Banda Municipal. Los años siguientes la economía es muy favorable gracias a la tómbola y a la rifa de un ternero que organiza la hermandad y las salidas procesionales muy lucidas. Se anotan los gastos “a los mozos que han llevado en la procesión a la Stma. Virgen”, o el cheque que se envía a Fray Albino González Raigada por los sermones o el recibo a D. Rafael de la Torre, músico mayor de la Banda Municipal.
    La Banda Municipal sigue tocando en el año siguiente de 1920 y también la del Regimiento de la Reina, ambas participan en la procesión de cada 16 de julio. Además la Banda Municipal toca en los dos días de Velada del Carmen que se celebran los días siguientes a la Fiesta del Carmen, uno corre a cargo de la Archicofradía y el otro del Ayuntamiento. Ricardo de Montis da cuenta detallada de los días de Velada.
    La Archicofradía no escatima en gastos, se anota el importe de los sermones y la pensión del predicador en el Hotel Suizo en 1921. La novena es de las más célebres en la ciudad, se celebra una por la mañana temprano y otra por la tarde, ambas repletas de fieles, con sillas alquiladas que ocupan parte de la cuesta, ya que el interior está lleno desde que se abre el templo. Aparecen otros gastos como los cohetes “trueno” para la salida de la Virgen en 1921. Es hermano mayor Rafael Jiménez.
    El obispado firma las cuentas y da su beneplácito al buen funcionamiento de la Archicofradía. Goza de un gran prestigio en la ciudad, prueba de ello es la presencia del Ayuntamiento en la fiesta y procesión. Los gastos se acrecientan en la iluminación eléctrica y las jarras del paso de la Virgen. Aparece José Cabello como capataz del paso de la Virgen y el P. Esteban de San José como predicador. En 1923 sigue acompañando la Banda Municipal, pero es Manuel Montero el responsable de llevar el paso de la Virgen en la procesión en la que se estrenan fuegos artificiales. La fuente de ingresos sigue siendo la velada, los sorteos y rifas y las cuotas de hermanos.
 
Padre Juan Dobado