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martes, 24 de febrero de 2015

NUESTRA SEÑORA DE LA SALUD DE CASTRO DEL RÍO

Nuestra Señora de la Salud de Castro del Río

 
    Cuenta la tradición que en el último cuarto del siglo XVI unos vecinos que salían por el camino de Cañete a realizar faenas agrícolas encontraron, de manera fortuita, sobre un montón de piedras una pequeña imagen de la Virgen y la trasladaron al templo parroquial.
    En los días siguientes a este encuentro sucedieron cosas extrañas que se atribuyeron a causas sobrenaturales. La talla aparecía sorprendentemente en el mismo lugar del hallazgo y cuantas veces se llevaba a la iglesia mayor volvía a repetirse el fenómeno. Ello movió a las autoridades eclesiásticas y municipales de la localidad a erigir allí una ermita donde recibieran culto.
    Durante el siglo XVII hubo tres grandes epidemias en Castro del Río y cundieron las rogativas, novenarios y procesiones de la venerada imagen y lo mismo acontece con motivo de las grandes sequías que asolaban sus campos.
    Esta relación de los castreños con la Virgen de la Salud se va intensificando a través de los siglos, de tal manera que la ermita de San Roque, donde se albergaba dicha imagen, pronto toma el nombre de ermita de la Virgen de la Salud. En el siglo XIX la feria real se crea bajo el titulo de la misma advocación.
    En el siglo pasado y culminando todo un proceso de intensificación de la devoción popular además del nombramiento oficial de patrona, se crea su cofradía. La redacción de los estatutos se llevó a cabo en el verano de 1881.
   La imagen de Nuestra Señora de la Salud fue destruida durante la guerra civil de 1936. Una vez finalizada esta, se llevaron a cabo gestiones para la adquisición de una nueva imagen, así como reorganizar la cofradía, siendo encomendada dicha imagen al escultor Amadeo Ruiz Olmos quien la realiza en el año 1941.
    Los actos religiosos se vienen celebrando tradicionalmente en tres fechas señaladas. desde 1834 se hace el traslado de la patrona a la iglesia parroquial el día 25 de julio, el 15 de agosto recorre en procesión las principales callles de la localidad y el primer domingo de octubre regresa la imagen a su ermita.
    El 16 de julio de 1989 el obispo de Córdoba firmó el decreto concediendo el honor de la coronación canónica a la Virgen de la Salud. La petición fue avalada por el respaldo de todas las instituciones locales, tanto civiles como religiosas.
    El Ayuntamiento le concedió por unanimidad el título de alcaldesa perpetua y el día 14 de julio de 1990 con el máximo esplendor fue coronada canónicamente.

NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO EN SUS MISTERIOS DOLOROSOS DE CÓRDOBA

   
Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos de Córdoba
 
    La reorganización de la hermandad de la Expiración en 1918 se produce en el contexto de la revitalización de las cofradías penitenciales y de la Semana Santa cordobesa. Desde su restauración, la cofradía mantiene una actividad constante que se interrumpe en la década de los treinta. Sus miembros procederán de las capas sociales media y alta con la participación muy activa de familias de la nobleza cordobesa. Desde su reorganización, se incorpora a la procesión oficial del Viernes Santo y salen de manera ininterrumpida todos los años, salvo en 1928 por la lluvia. 
    La vitalidad de la cofradía se trunca al instaurarse la II República con la supresión de las procesiones y del importante apoyo que venía prestando el ayuntamiento. Al igual que las demás, no realiza estación de penitencia en 1932, 1933 y 1934. La excepción será la Semana Santa de 1935 en la que forma parte del desfile oficial del Viernes Santo. 
    La cofradía está en una fase de letargo en los últimos años de la década de los treinta. En enero de 1943 se realizan las primeras gestiones encaminadas a la reorganización de la cofradía. La iniciativa es de don Pedro Moya Cerezuela quien expone el proyecto al superior de la comunidad claretiana de San Pablo quien lo acoge de manera favorable. La estación de penitencia de la cofradía seguirá ligada a la procesión del Santo Entierro de los años siguientes hasta que en 1947, la cofradía pasa al Martes Santo coincidiendo su itinerario con la carrera oficial. 
    Desde el primer momento se constata una gran presencia de jóvenes universitarios y estudiantes en general, acentuándose esta característica hasta el punto de que en 1945 se acuerda denominar a la hermandad con el nombre de los Estudiantes. 
    La Virgen del Rosario es la primera obra del sevillano Luis Álvarez Duarte para Córdoba. Data del año 1973 y se encuadra en el estilo de la primera etapa del artista hispalense. Fray Ricardo de Córdoba trae el nombre de Luis Álvarez Duarte a Córdoba y, bajo el mandato como Hermano Mayor de Rafael Zafra, se decide encargar una nueva imagen de Virgen para el paso de palio que ya se estaba realizando años atrás. La Semana Santa del año 1974 será el primero en el que se vea procesionar por las calles de nuestra ciudad la imagen de Nuestra Señora del Rosario.
    El 7 de octubre de 1992 el obispo Infantes Florido firmó el decreto por el que se aprobaba la coronación canónica de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos, justificada por la intensa y secular devoción a la advocación mariana del Rosario en la antigua iglesia dominicana de San Pablo desde el siglo XVI. Tras la celebración de los actos religiosos que sirvieron de pórtico a la coronación, en la tarde del día 30 de octubre de 1993, se trasladó la imagen al templo catedralicio, donde al día siguiente se ofició la solmene misa en la que el obispo Infante colocó la corona de oro ante miles de personas.

miércoles, 18 de febrero de 2015

NUESTRA SEÑORA REINA DE LOS ÁNGELES DE HORNACHUELOS

Nuestra Señora Reina de los Ángeles de Hornachuelos
 

    En 1490, Fray Juan de la Puebla, inicia las obras de construcción del Monasterio de los Ángeles, construyendo una iglesia en Honor de la Reina de los Ángeles, con celdillas para monjes alrededor, todo de tapias groseras y toscas piedras trayendo un cuadro de la Reina de los Ángeles que posteriormente sería sustituido, aproximadamente en el año 1500 por una imagen que, desde entonces, es objeto de devoción por todos los habitantes de Hornachuelos.
    Decretada por la Desamortización de Mendizábal, la supresión de los institutos religiosos en 1836, salieron los frailes del convento llevando en procesión a la Virgen de los Ángeles hasta la iglesia de Santa María de las Flores de Hornachuelos. Abandonando el convento en 1845.
    En el año 1869 se crea la hermandad que rinde cultos a la imagen siendo aprobados sus estatutos por el obispo de Córdoba D. Juan Alfonso de Alburquerque.
    En el año 1936 la imagen es objeto de los actos vandálicos previos a la Guerra Civil, siendo restaurada y devuelta al templo el 24 de julio de 1938.
    Fruto de la veneración del pueblo de Hornachuelos, la imagen de Nuestra Señora Reina de los Ángeles fue distinguida con la coronación canónica el día 28 de mayo de 1994.

martes, 17 de febrero de 2015

NUESTRA SEÑORA DE LA ESTRELLA DE VILLA DEL RÍO

Nuestra Señora de la Estrella de Villa del Río
 

    En el año mil cuatrocientos noventa y cinco, ocurrió la aparición de María Santísima de la Estrella, en el monte que ocupaba el coto del Monte Real, a unos pobres jornaleros naturales de Bujalance, que se hallaban segando en una haza de trigo  de un vecino de esta villa, en las cercanías de la misma en el sitio que hoy ocupa la mata de olivar, que aquella época estaba de monte , y a corta distancia del tajo, existía una fuente  al pie de la zarza, de cuyo punto se surtían de agua los segadores. 
    Al efecto mandaron un día al mas joven por un cántaro de agua a la indicada fuente, y al llegar al sitio referido observó un resplandor que iluminaba aquel recinto.
    Admirado de aquella novedad extraña distinguió que el resplandor lo producía una Estrella que divisaba en el centro de la zarza: no pudiendo comprender el misterio que encerraba aquella prodigiosa luz, quedó inmóvil en aquel sitio sin poderse dar cuenta de lo que en aquel momento pasaba.
    Los compañeros que esperaban el cántaro de agua para satisfacer la sed que experimentaban por el calor sofocante del mes de julio, juzgaron mal la tardanza del joven , y resolvieron dejar el trabajo para informarse del motivo de aquella dilación pero al llegar a la fuente observaron lo mismo que el primero, dejando a todos en una pasmosa admiración elevados a la vista de una Estrella, que desde el centro de la zarza desprendía  una luz clara y radiante que no podían mirar con atención.
    En tal situación dispusieron marchar al pueblo de Aldea del Río, que así se nombraba por entonces la pequeña población que existía, a informar a la Autoridad Local de la ocurrencia: ésta dispuso reunir un acompañamiento del mismo vecindario, a el se le unió la mayor parte del pueblo por curiosidad, para acompañar al Ayuntamiento y al cura.
    Por casualidad se hallaba pernoctando en la Aldea, de tránsito para Sevilla, un Batallón de tropa del Gobierno, y enterado el Jefe del suceso, e invitado por la Autoridad, nombró  a un Capitán que saliera con su compañía al son de caja acompañando al Ayuntamiento, que en unión del pueblo se dirigieron todos en masa al sitio que había señalado los segadores.
    Llegaron en efecto al monte cercano, y estando al pie de la fuente, como se convencieron de la veracidad de cuanto habían expuesto los portadores de la noticia, disponiendo la autoridad, de acuerdo con el cura, que se descubriera al fondo de la zarza para cerciorarse del motivo de aquella novedad.
    Al momento fueron ejecutadas sus órdenes por los vecinos del pueblo, y hecha la operación observaron que el resplandor lo desprendía una Imagen de María Santísima, Madre de Dios y Señora Nuestra, que sacaron con veneración a la vista de tantos testigos presenciales.
    La condujeron  a la población en medio de mil aclaraciones de regocijo y alegría, al son de tambor, colocándola en la pequeña iglesia de la aldea, provisionalmente. 
    El pueblo se apresuró a edificarle una pobre y pequeña ermita en el mismo sitio de la aparición, que hoy ocupa el humilladero, venerada con el titulo de la Estrella, y aclamada por patrona de la localidad. 
    Fruto de la devoción que despierta entre los habitantes de la localidad la sagrada imagen de Nuestra Señora de la Estrella fue distinguida con la Coronación Canónica en el año 1995.

NUESTRA SEÑORA DE LOS REMEDIOS DE AGUILAR DE LA FRONTERA

Nuestra Señora de los Remedios de Aguilar de la Frontera
 
 
    La devoción y culto a la Virgen de los Remedios de Aguilar de la Frontera está vinculada desde sus orígenes a la cofradía penitencial más primitiva y antigua de la Semana Santa: la Hermandad de la Veracruz, de la que es Titular mariana desde los lustros centrales del siglo XVI, en los que se fecha la erección canónica de esta cofradía. Existen documentos que acreditan que en el año 1553 la hermandad de la Veracruz está erigida en la ermita de la misma vocación, situada en el extrarradio del pueblo, junto al camino o carrera de los Moriles, siendo su primer hermano mayor Luis de Barrionuevo.
    Un dato tomado de las cuentas presentadas por la cofradía al obispado en 1575, atestigua que se pagó al carpintero Francisco de la Cruz tres ducados por la hechura de unas andas. Con toda probabilidad dichas parihuelas estaban destinadas para portar la imagen de la Virgen, ya que le crucificado, por un reducido tamaño, era llevado en las manos por un sacerdote.
    Los rasgos estilísticos de la Virgen, aunque alterados por algunas restauraciones, acreditan su antigüedad. Se trata de una talla que pudo realizarse en el último tercio del siglo XVI, siendo muy característico del periodo en el que la imaginería mariana presentase las denominadas “manos de tenedor” que aún conserva la Virgen de los Remedios de Aguilar.
    En la segunda mitad del siglo XVIII la hermandad de la Veracruz, al igual que ocurrió con las demás de penitencia y gloria, sufrió una periodo de declive, que la llevó hasta prácticamente su extinción, circunstancia que vino originada, en gran medida, por las prohibiciones eclesiales que se dictaron desde el Obispado cordobés. Aun así, el culto a la Virgen de los Remedios en la ermita de la Vera Cruz se mantuvo sustentado por el fervor devocional del barrio y en la mayordomía del templo, que consiguió preservar las tradiciones procesionales del Jueves Santo y día de la Vera Cruz.
    El resurgir cofrade del último tercio del siglo XIX daría origen a que se refundase la primitiva hermandad, teniendo ya como única Titular a la Virgen de los Remedios. Los nuevos estatutos son aprobados por el obispo de Córdoba, Juan Alfonso de Alburquerque, el 16 de marzo de 1871. A partir de este año la Virgen de los Remedios protagonizaría en solitario las procesiones del Jueves Santo y la del Día de la Cruz, congregando en ella la historia de la primitiva hermandad penitencial y aglutinando todo el fervor popular mariano del barrio y del pueblo.
    Acrecentada y consolidada la devoción a la soberana Imagen en su ermita de la Veracruz durante las primeras décadas del siglo XX, será la segunda mitad de esta centuria cuando acredite dicho predominio con dos hitos históricos que marcan la sólida devoción que el pueblo de Aguilar profesa a esta peculiar imagen mariana, que ha concitado en torno suyo tres perfiles devocionales: penitencia, letífico y romero.
     El primero de los hitos acontece en el mes de junio de 1981 con la creación de la romería nacional en honor de la Virgen de los Remedios  donde recibe la visita de miles y miles de romeros de Aguilar y pueblos limítrofes. Tal Arraigo quedó consagrado y refrendado de forma palmaria con el segundo hito devocional del siglo XX: la Coronación Canónica de Nuestra Señora de los Remedios, acontecimiento celebrado el 22 de septiembre de 1996.


NUESTRA SEÑORA DE LA ANTIGUA Y PIEDAD DE IZNAJAR

Nuestra Señora de la Antigua y Piedad de Iznájar



    Los primeros testimonios documentales localizados constatan que en las últimas décadas del siglo XVI, la imagen de Nuestra Señora de la Antigua ya despertaba un intenso fervor entre la población iznajeña. Numerosos fieles acudían a venerarla en su ermita, situada en el Barrio Bajo y contaba con mayordomos que eran los encargados de presentar las cuentas.
    Pero no sería hasta el siguiente siglo cuando quedaría constituida la primera Cofradía. Con asistencia del Licenciado D. Luis Antonio Hurtado, Notario del Santo Oficio, vicario y Cura que fue de estas iglesias, se hicieron las constituciones en Iznájar el día 13 de Octubre de 1697, siendo notario D. Matías de Arévalo. Con algunas enmiendas a estos primeros estatutos la Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad fue aprobada por el Eminentísimo Cardenal D. Pedro Salazar y Toledo, Obispo de Córdoba, el 2 de Mayo de 1699
    Tras el fallecimiento en 1733 del primer Hermano Mayor, D. Juan López Beltrán de Caso, la cofradía quedó con muy pocos hermanos cofrades por la creencia de que solo era hermandad hasta que Don Francisco Antonio Guillen y Arévalo, Presbítero de Iznájar, trajo de Córdoba la erección y constituciones de la Cofradía que se habían hecho en Iznájar el 15 de Mayo del año 1697 con licencia del Cardenal Salazar, ante D. Gabriel de Benavente, Secretario de Cámara del Obispo de Córdoba.
    Nuestra Señora de la Piedad es una figura de barro cocido policromado estéticamente enmarcada en la corriente flamenco-borgoñona similar a la del anónimo autor de la Fuensanta, que es una imagen muy cercana a la de Iznájar aunque de menor tamaño. Se ha descartado el carácter preislámico que le atribuye la tradición. La imagen parece estar datada en los años centrales del cuatrocientos, la obra guarda semejanza con las de Lorenzo de Mercader o Mercadante de Bretaña que trabajó en Sevilla entre 1453 y 1467. Su autoría hay que atribuirla a algún artista seguidor del  citado maestro por estos años.
    La sagrada imagen, obra de muy buena escultura, tiene la mano derecha sobre el pecho, junto al mismo libro que sostiene el niño Jesús sentado en su brazo izquierdo. Su tamaño es de una vara y más. Presenta un deterioro de siglos, con varias grietas en la cabeza, cuello y dorso del Niño, perforaciones de clavos, entre las que destaca la que horada la cabeza de la Virgen, pérdida de los contornos del manto de María, del pie del Niño y del borde del libro que sostiene , amén de hallarse prácticamente repintada.
    El hábito es muy amplio, con escote y sujeto en cintura moderadamente alta. Sus pliegues, que se concentran en la parte delantera, muestran plisado menudo sobre el pecho, convergen en el ceñidor y abren por debajo de este para amontonarse en un complejo reposo de los mismos a los pies de la imagen. Las mangas están provistas de grandes hopas. Los colores que decoran la indumentaria son hábito jacinto y manto azul.
     La túnica del Niño es también carmín algo más oscuro que el del hábito de la Virgen, pero, en cualquier caso, busca el paralelismo con dicha prenda mariana y no con su manto.
Es posible que bajo esta policromía, que debió renovarse en el siglo pasado, queden restos de los colores originarios, entre los cuales pudo dominar el oro. Los repintes rebasan la indumentaria y alcanzan las facciones de la Madre y el Hijo; quizá las encarnaduras sean las que hayan sufrido menos retoques.
    La Coronación Canónica de la imagen de la Virgen de la Antigua y Piedad tuvo lugar el día 8 de Septiembre de 2000, en una ceremonia religiosa a la que asistieron cerca de 10.000 devotos.
    El acto solemne de la Coronación se desarrolló en una explanada habilitada en el barrio de La Venta y puso el broche de oro a largos años de trabajo emprendidos por nuestra Cofradía para hacer realidad el feliz acontecimiento. El 5 de septiembre de 2010, coincidiendo con el X Aniversario de su Coronación Canónica, la localidad ha sumado a su Señora el reconocimiento oficial como Patrona por parte de la Santa Sede, y que recibió en una solemne Eucaristía de manos de Don Demetrio Fernández, en ese día.

NUESTRA SEÑORA DEL SOCORRO DE CÓRDOBA

    
Nuestra Señora del Socorro de Córdoba
 
    La Ilustre, Centenaria y Fervorosa Hermandad de Nuestra Señora del Socorro de Córdoba es fundada en el año 1.695 por Clemente de Cáceres (Esta fecha corresponde a la fundación de la actual Hermandad, ya que con anterioridad existieron otras Hermandades en torno a la imagen de la Virgen del Socorro.
    Existen tres tradiciones vinculadas al origen de la devoción de la Virgen del Socorro según explica D. Juan Aranda Doncel en su libro "La devoción de la Virgen del Socorro en Córdoba durante los siglos XVII al XX" publicado por Cajasur en el año 1.998. La primera de ellas atribuye el nacimiento de esta devoción a su intersección con motivo de la fuerte tormenta y viento huracanado que padece la ciudad el 21 de septiembre de 1.589. La segunda está relacionada con la labor humanitaria de un grupo de jóvenes dedicados a enterrar a los apestados de la mortífera epidemia que azota al vecindario a mediados del siglo XVII, y la tercera tiene por protagonista a don Clemente de Cáceres, el llamado don Juan Tenorio cordobés, que cambia totalmente su vida licenciosa al ser librado de una muerte segura tras invocar a Nuestra Señora.
     La fundación en agosto de 1.677 de la Cofradía de Nuestra Señora del Socorro y Ánimas Benditas significa la potenciación de la devoción a la imagen de esta advocación mariana que se venera en la pequeña iglesia del hospital de la plaza de la Corredera, elaborándose rápidamente las primitivas reglas. No obstante, la aprobación de las constituciones por el prelado de la diócesis fray Alonso de Medina y Salizanes se demora según se desprende del acta del cabildo general celebrado el 15 de agosto de 1.679 para elegir hermano mayor.
     Los primeros estatutos de la Hermandad son aprobados el 30 de agosto de 1.695 por el Cardenal Salazar. Posteriormente, se aprueban nuevos estatutos en el año 1.987 por el Excmo. y Rvdmo. Monseñor D. José Antonio Infantes Florido y los actuales el 24 de marzo de 1.995 también por  el Excmo. y Rvdmo. Monseñor D. José Antonio Infantes Florido.
     La imagen de Nuestra Señora del Socorro es una imagen de candelero que representa a María con el Niño Jesús sobre el brazo izquierdo. Es una talla del siglo XVII de autor anónimo atribuida tradicionalmente a la escuela granadina, si bien los estudios realizados por el doctor en historia del arte José Carlos Pérez Morales la atribuyen al círculo de Juan de Mesa, por comparación con otras imágenes similares como la Virgen de la Encarnación de los Terceros o la Inmaculada de San Antonio Abad, ambas de Sevilla o la Virgen de la Merced de Huelva. En el siglo XVIII tuvo diversas restauraciones y retoques y se le hizo el Niño Jesús, del que se cree pudo ser realizado por Gómez de Sandoval, según Pérez Morales. Posee seis ternos completos, cuatro de camarín y dos de salida procesional. Tiene también tres pares de coronas (Madre e Hijo) correspondientes al siglo XVIII (Plata, imperiales y pedrería; restaurada en el año 1.999) , al año 1.949 (sobredorada; donada por el barrio) y al 2.003 estrenada en su Coronación Canónica (en oro donado por el pueblo de Córdoba). Asimismo, posee una Diadema en plata del siglo XVIII.
     La Virgen es Alcaldesa Perpetua de Córdoba desde el año 1.934, aunque no existe documentación oficial de esto. Asimismo, es Patrona del Mercado Central y de los Informadores Técnicos Sanitarios de Córdoba.
    Con la coronación canónica de Nuestra Señora del Rosario se cierra un largo período de preparativos, que comenzó en el año 1999 con el inicio de los trámites y tomó carta de naturaleza el 8 de septiembre de 2001, cuando el prelado rubricó el decreto que ordenaba la coronación. Para ello, fue necesario primero  la elaboración del dossier eclesiástico y conseguir el aval de casi ocho mil firmas y la adhesión de trescientos colectivos e instituciones de la ciudad, así como la acreditación de la secular devoción a la imagen de Santa María del Socorro durante cinco siglos y el fervor popular de los cordobeses.         
    Nuestra Señora del Socorro, fue la quinta imagen coronada canónicamente en nuestra ciudad, aunque la primera de Gloria. Nuestra Señora del Socorro ha sido la tercera imagen cordobesa que ha dispuesto para su coronación canónica de una corona de oro, después de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos y Nuestra Señora de la Fuensanta; ha sido también la primera imagen coronada canónicamente con una corona realizada fuera de nuestra ciudad, ya que es obra del sevillano Juan Barrero, aunque el diseño y el oro que ha servido de materia prima procede en gran parte de donaciones de devotos cordobeses.
    El día 7 de septiembre del año 2003 se producía la Coronación Canónica de Nuestra Señora del Socorro en un solemne pontifical que tuvo lugar en la Plaza de la Corredera de nuestra ciudad y que estuvo presidido por el nuncio del Papa en España, Manuel Monteiro de Castro, siendo la segunda vez en que el máximo representante del Vaticano en España presidía en nuestra capital un pontifical de este tipo: en 1994, Mario Tagliaferri había hecho lo propio con la Virgen de la Fuensanta.      
     

lunes, 16 de febrero de 2015

NUESTRA SEÑORA DE LA FUENSANTA DE CÓRDOBA

Nuestra Señora de la Fuensanta de Córdoba
 
    La Virgen de la Fuensanta, patrona de la ciudad de Córdoba y cuya festividad se celebra el 8 de septiembre cuenta con una fuerte devoción entre los cordobeses. Narra la leyenda que la Virgen se le apareció milagrosamente entre 1442 y 1450, junto a un pozo, a Gonzalo García, cojo por un caimán traído de África que se había comido a muchos lugareños de la zona.
    El lugar exacto de la aparición es el interior del tronco de una higuera en la huerta de Albacete, un espacio en el que pudo existir antiguamente un monasterio o ermita, tal vez la de Santa María de las Huertas. La imagen, de mármol o alabastro, se encontró rota en la propiedad de Gonzalo García, quien la guardaba con veneración. Por ese motivo se hizo otra de barro cocido, que ha sido sometida a numerosos retoques.
    Es una imagen representada de pie, coronada, de larga cabellera y revestida de una túnica con pliegues amplios, no muy ondulados y verticales que cubren la imagen hasta los pies, sosteniendo al niño en su brazo izquierdo. El rostro de La Virgen resulta un tanto inexpresivo, como las imágenes realizadas a lo largo de esta fecha en el panorama andaluz, donde los modelos de representación estaban todavía anclados en el medievo. Se trata de una Virgen fechada en la segunda mitad del siglo XV y que está tribuida al círculo artístico de Lorenzo Mercadante, artista afincado en Sevilla entre 1453 y 1467.
    La imagen se depositó en la Catedral de Córdoba hasta la construcción del humilladero en 1494. Hay dos momentos muy especiales que prueban la devoción a la Virgen de la Fuensanta. EN 1987, cuando fue nombrada patrona de las cofradías de la Semana Santa de Córdoba, y para ello acudió a la Catedral de Córdoba; y su coronación pontificia, el 2 de octubre de 1994. En aquella ocasión, el Papa Juan Pablo II se refirió a ella como patrona de Córdoba. En 2011, la Agrupación de Hermandades de Córdoba recuperó la procesión presidida por la Virgen de la Fuensanta por las calles del barrio en el que se encuentra su santuario y en 2014 llegó a la Catedral por la mañana del día 7 para volver triunfalmente en la tarde y noche.
 
 
 

NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD DE PRIEGO DE CÓRDOBA

Nuestra Señora de la Soledad de Priego de Córdoba
   
    El 20 de enero de 1594 se funda la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad con sede en la ermita de San Pedro Apóstol de Priego. Promovida por Diego de Alcaraz con el apoyo de otros vecinos y del licenciado Marcos López, Vicario de la Villa, fue aprobada por Bernabé Serrano Alférez, Gobernador de la Abadía de Alcalá la Real, en el mandato del abad Maximiliano de Austria.
    Los primitivos estatutos ya disponían una procesión de disciplina en la tarde del Viernes Santo con la imagen del Cristo Yacente, estableciendo como fiesta principal la del Niño Perdido, que se celebra en el domingo tercero de Epifanía, así como la asistencia a los sepelios de los cofrades.
    En los primeros meses del año 1684, siguiendo la anterior fundación de otras asociaciones similares, ya creadas en la localidad, se funda la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad. La nueva asociación tiene carácter de rogativa, e instituye las fiestas votivas de mayo. Este mismo año, se firma con la antigua Cofradía una concordia, y otra con la comunidad de frailes franciscanos, que por esos años estaban concluyendo las obras de la iglesia.
    Durante muchos años marchan íntimamente unidas ambas agrupaciones. Con motivo de la redacción de unas nuevas constituciones, en tiempos de Carlos III, se unen en el año 1789, para volver a separar parte de sus órganos directivos en 1821.
    La unión definitiva se produce en 1859, al aprobar Isabel II nuevos estatutos. Fueron los más extensos de la historia y por primera vez, se unifica el nombre en el de Cofradía del Santo Entierro de Cristo y Soledad de María Santísima.
    En 1860, al declararse Isabel II Protectora y Hermana Mayor Honoraria, toma el título de Real.
    Estas normas fueron reformadas más tarde en 1882 en tiempos de fray Ceferino González, Obispo de Córdoba.
    En el presente siglo, se han elaborado estatutos en dos ocasiones, siempre siguiendo las instrucciones emanadas de la Vicaría General del Obispado. Los últimos fueron aprobados en 1993 y aparte de los objetivos tradicionales, se recogen otros de tipo apostólico, formativo y caritativo. En la actualidad, y siguiendo la tradición iniciada por Isabel II y continuada por su hijo Alfonso XII, el Rey Juan Carlos I es Hermano Mayor Honorario y la Reina Doña Sofía, Camarera de Honor.
    En 1994 se conmemora el IV Centenario de la fundación de la cofradía y se corona canónicamente la imagen de Nuestra Señora de la Soledad.
    María Santísima de la Soledad, es una imagen de candelero de la que se desconoce su autor. En el siglo XX se le intervino en tres ocasiones, siendo la más importante la intervención llevada a cabo en Sevilla en 1946 por José Rivera García que le transformó de forma apreciable partes fundamentales del rostro, dándole el aspecto de las dolorosas sevillanas. En 1993, Miguel Ángel González Jurado, en su taller de Córdoba, deshizo cuanto pudo de la intervención de José Rivera, devolviendo al rostro de la Virgen su impronta original.
    El  rostro de la Virgen es la expresión de un dolor sereno, infinitamente hondo, pero no escandaloso ni estridente. Con una mirada baja, de recatado pudor. Las largas cejas, negras de tolerancia y onduladas de sufrimiento, enmarcan unos rasgados ojos llorosos, resignados por el desencanto del Hijo muerto, de los que se han desprendido a borbotones lágrimas como retazos del alma dolorida de una madre sola y angustiada que mantiene los labios cerrados, esbozando un suspiro contenido. Las manos ligeramente desprendidas del cuerpo, están separadas.
    El vestuario de la Virgen de la Soledad se ha ido enriqueciendo y ampliando a lo largo de casi 200 años. Destaca el manto de salida bordado en Sevilla por Patrocinio López en el año 1861. Es de terciopelo negro, bordado en oro con motivos florales.
    De entre las sayas destacan dos, la realizada en 1878, en terciopelo de seda negro, bordada en oro fino con el escudo real y motivos florales; se cree por tradición que la regaló Alfonso XII. La otra la realizó en 1994 el cordobés Antonio Muñoz, sobre tejido de seda blanca y bordada en oro, con ornamentación floral que rodea a una corona real. Fue estrenada con motivo de la Coronación Canónica de la Virgen de la Soledad, en 1994.

NUESTRA SEÑORA DE LAS VEREDAS DE TORRECAMPO

Nuestra Señora de las Veredas de Torrecampo

 
    Según cuenta la leyenda, un primero de mayo de finales del siglo XV, un pastor de Torrecampo, que se encontraba guardando su ganado en las veredas pastoriles de la Mesta, a orillas del arroyo Guadamora, justo en el lugar por donde se cruzan la Cañada Real Soriana y la Cañada Real Segoviana, encontró en una cavidad entre las rocas una imagen de la Virgen. Inmediatamente la metió en su zurrón y se dirigió al pueblo para mostrar su hallazgo a los habitantes de Torrecampo. Pero cual sería su sorpresa, que al abrir el zurrón la Virgen había desaparecido. El pastor se dirigió nuevamente al lugar del encuentro, donde encontró nuevamente la imagen. Al igual que en la primera ocasión, el pastor la metió en el zurrón y se fue nuevamente hacia el pueblo. Igualmente, al llegar al pueblo y abrir su morral, la imagen había desaparecido. Y así sucedió hasta tres veces. Conocidos los hechos en Torrecampo, sus habitantes acudieron en masa al lugar de la aparición, celebrándose de este modo a primera romería hacia el lugar por donde transcurrían las veredas pastoriles. Como quiera que la virgen quería permanecer allí, se decidió que en aquel paraje se le debería construir una ermita, proclamándola patrona de Torrecampo, bajo la advocación de la Virgen de las Veredas.
    La imagen que se venera en Torrecampo es una talla policromada en madera de pino de 105 cm, talla completa de finales del s.XV y de autor desconocido. Durante siglos, estuvo vestida de virgen pastora, como así era, y ya en el s.XX como Reina.
    Durante la Guerra Civil española (1936-1939), el pueblo de Torrecampo sufrió las desagradables consecuencias de la tragedia, destruyéndose su rico patrimonio artístico, decenas de imágenes, retablos y ornatos fueron incendiados y destruidos. Únicamente se salvó el Santuario de la Patrona y su venerada imagen, aún cuando el 23 de septiembre de 1937 la imagen de la Virgen de Veredas recibió dos disparos desde la escalinata; uno en la frente y otro que le rozó el cuello (lado derecho si se mira de frente). Según cuentan las personas de mayor edad, cuando se conocieron los hechos en Torrecampo, absolutamente todo el pueblo de Torrecampo, dejando a un lado absurdas ideologías, acudió en masa al Santuario para verificar lo sucedido, considerándose un verdadero "milagro" que la cabeza de la Virgen no hubiera saltado en añicos. Así lo confirmaba el  reputado restaurador sevillano Miguel Ángel Pérez Fernández, quien en 1.993 tuvo ocasión de restaurar la sagrada imagen, con motivo de la Coronación Canónica de la misma, que tuvo lugar en el Paseo de Gracia de Torrecampo el 30 de abril de 1.995.

NUESTRA SEÑORA DE LA SIERRA DE CABRA



Nuestra Señora de la Sierra de Cabra


    En los comienzos del Cristianismo, del cristianismo, el santo Hissio o Hesiquio, discípulo del apóstol Santiago y primero de los obispos que hubo en Egabro, entregó una imagen de la Santísima Virgen, que labrada por el propio evangelista San Lucas le había dado San Pablo, recibiéndola los habitantes de Egabro con gran alegría.
    Al décimo obispo de la sede episcopal egabrense, Arcesindo, se le atribuye la ocultación de la Santísima Imagen de la Virgen en una cueva de la Sierra cuando ante la invasión musulmana, en la batalla de Guadalete, cayó la monarquía visigoda con su último rey Don Rodrigo en manos del Islam.
El suceso de la aparición de Nuestra Señora de la Sierra hay que situarlo en torno al año 1240 en que las tropas de Fernando III, el Santo, recuperan la villa de Cabra para la corona castellano-leonesa. La comitiva regia sube al picacho donde se verifica el hallazgo de una imagen de Santa María en una cueva del Picacho. Se encuadra esta tradición en el ciclo de apariciones marianas a pastores o cautivos acaecidas en el siglo XIII.
    La Bandera y el tambor que acompañan a la Virgen en sus traslados constituyen la ofrenda y el privilegio que el Santo Rey otorgó a la Señora, ofreciéndole el pendón de combate y la caja guerrera que había arrebatado a los moros en la batalla.
    La imagen de Nuestra Señora de la Sierra corresponde a la tipología iconográfica de la Virgen en Majestad que simboliza la maternidad divina de María. Se muestra en una postura hierática, regida por la frontalidad, boca pequeña, nariz recta y fina, y ojos grandes de color azul verdoso, siendo la expresión de su rostro y su mirada serena lo que cautiva.
    De talla completa y tamaño menor que el natural representa a la Madre de Dios de pie, cubierta con túnica roja y manto azul ceñidos a la cintura, siguiendo en la policromía la línea tradicional del estilo gótico, y mostrando uno de sus pies calzado bajo los pliegues. Su estatura es algo menos que la natural.
    En el año En 1908 se produce la proclamación canónica de la Virgen de la Sierra como Patrona de Cabra, título con el que venía siendo venerada desde muy antiguo. Al cumplirse cincuenta años de este hecho, la Corporación Municipal de aquellos días, presidida por el Alcalde Don Luis Gallego Carrasco, en la noche del 6 de Agosto de dicho año, acuerda “por aclamación nombrar Alcaldesa Perpetua de Cabra a María Santísima de la Sierra, para conmemorar las Bodas de Oro de su Patronato.
    El 4 de junio del año 2005 fue coronada canónicamente en una ceremonia presidida por el Obispo de Córdoba D. Juan José Asenjo Pelegrina ante quince mil personas que llenaron la Ciudad Deportiva de la Juventud para asistir al mismo.

MARÍA SANTÍSIMA DE GRACIA DE BENAMEJÍ

   
María Santísima de Gracia de Benamejí
 
     La devoción en Benamejí a la Virgen de Gracia se remonta al siglo XVI, aunque la actual talla de la Virgen data de la segunda mitad del siglo XVIII. En el año 2007 es nombrada, por mayoría absoluta, en pleno extraordinario del Ayuntamiento como alcaldesa perpetua y honorífica, luciendo la imagen desde entonces un bastón de mando en plata cincelada.
    El día 8 de septiembre de 2007 Benamejí vivió un día histórico, con motivo de la coronación canónica de su patrona, María Santísima de Gracia. La localidad se engalanó para un multitudinario acto religioso que estuvo presidido por el obispo de Córdoba, Juan José Asenjo Pelegrina. Una corta procesión trasladó a la Virgen de Gracia desde la iglesia de la Inmaculada Concepción hasta el altar instalado en pleno centro de Benamejí, en la plaza de la Constitución, donde se celebró, el acto de coronación canónica. La ceremonia fue seguida por miles de benamejicenses, que ocuparon todas las sillas situadas en la plaza, más otro gran número que siguió el acto a través de seis grandes pantallas colocadas en las inmediaciones.
     El obispo de Córdoba coronó a la Virgen de Gracia, "en nombre de la Iglesia y de los hijos de Benamejí", como recalcó Asenjo Pelegrina, quien en su homilía recordó que este día "quedará escrito con caracteres indelebles en la historia de Benamejí". El obispo también tuvo palabras para la Cofradía de la Virgen de Gracia, por el cumplimiento de los objetivos marcados. La Virgen lucirá una corona de oro y piedras preciosas, de tres kilos de peso y de donación popular. Una obra de orfebrería realizada por los artesanos Gradit, de Lucena.
     La solemne eucaristía contó con la participación de un gran número de sacerdotes y religiosos, cantando el Coro Cajasur de Córdoba y con la intervención en el acto de la banda municipal de Rute. El alcalde de Benamejí, José Ropero, y la Corporación local estuvieron arropados por numerosos alcaldes de la comarca y una amplia representación de diputados provinciales y delegados de la Junta.

MARÍA AUXILIADORA DE CÓRDOBA

   
María Auxiliadora de Córdoba
 

    A los tradicionales títulos marianos de Virgen de los Dolores, Fuensanta, Linares, Remedios, Virgen de Acá, con los que popularmente es honrada la Virgen Santísima en nuestra ciudad, la presencia salesiana en Córdoba añade desde principios del silgo XX el eclesial título de Auxiliadora, Título que ha querido recoger también el Concilio Vaticano II. Pronto esta devoción toma carta de naturaleza en la ciudad y en toda la diócesis. Junto a los Salesianos serán primero los Cooperadores y luego los Antiguos Alumnos y Archicofrades de María Auxiliadora los principales artífices de la rápida difusión de esta entrañable devoción.
    La primera imagen de María Auxiliadora venerada en el colegio Salesiano es un obsequio para la nueva fundación cordobesa del entonces responsable de la Obra Salesiana de Carmona, D. Antonio Ricaldone. Se trata de una imagen realizada en madera, de 70 centímetros de altura, que llega a la nueva casa en diciembre del año 1901. Esta imagen se encuentra, desde el 24 de septiembre de 1984 en el patio del Centro D. Bosco en una sencilla y artística hornaciona preparada por el antiguo alumno D. Rafael Valverde, conocido artista cordobés.
    La imagen que fue Coronada Canónicamente en la mañana del día 10 de mayo de 2009 es una bellísima talla realizada en madera por los Talleres Salesianos de Barcelona-Sarriá que fue bendecida el día 25 de mayo del año 1908. Mide 1' 70 metros y responde al patrón ideado por D. Bosco. Posteriormente, por encargo del entonces Director Salesiano D. José Rodríguez, la imagen fue acertadamente decorada y retocada la posición del cuello, por Juan Martínez Cerrillo, antiguo alumno salesiano.
     Esta imagen fue bendecida por el obispo Don José Pozuelo Herrero el día 25 de marzo de 1908, en presencia de las autoridades de la ciudad, de los vecinos del barrio que se volcaron y de otros numerosísimos cordobeses. Apadrinaron el acto D. Carlos Carbonell y Morand y su esposa Doña Asunción Ruiz de Portal, que donó la corona de la Virgen. Era director de la casa salesiana D. Sebastián María Pastor, alma de la Obra Salesiana Cordobesa casi durante sus primeros veinticinco años y a quien el Ayuntamiento de la ciudad nombró hijo adoptivo en 1929.
      Durante la bendición de esta imagen sucedió el prodigioso hecho del florecimiento del peral que relatamos a continuación en palabras de D. Salvador Rosés, director de la casa salesiana que lo narra en un escrito de puño y letra fechado el 29 de enero de 1918. Después de haberse referido a la bendición de la imagen dice "Quiero hacer mención de una circunstancia que tuvo algo de providencial e hirió vivamente la imaginación de todos. La víspera de la fiesta llovía torrencialmente y esperábase el gran día con impaciencia mezclada del más profundo desaliento; pero he aquí que amaneció éste sereno y sonriente y un viejo corpulento peral que había en el patio de los gratuitos apareció cubierto de blancas flores como si reclamase el honor de servir de dosel a la Reina del cielo; no podía en efecto tener otro más hermoso que este que la naturaleza le brindaba, y bajo las ramas floridas recibía la primorosa imagen la bendición litúrgica y las delirantes aclamaciones de todos los cordobeses".La bendición de la imagen y el singular acontecimiento del peral florecido ha sido plasmado en pintura por el sacerdote, antiguo alumno salesiano D. Rafael Rincón, y más recientemente actualizado por Francisco Fuentes. El fresco se encuentra en el lado izquierdo del Prebisterio del Santuario de María Auxiliadora.
     El mismo día de la bendición, la imagen de María Auxiliadora, recorrió procesionalmente por vez primera las calles de su barrio como indicando su cercanía y solicitud maternal hacia todos los cordobeses y vecinos del barrio. La imagen no volverá a salir en procesión hasta el año 1918. Posteriormente la procesión llega a tomar carta de naturaleza en la ciudad y en la devoción popular. En nuestros días, la procesión, tras unos años de interrupción, vuelve a ser un hecho cada año el 24 de mayo, fiesta de María Auxiliadora. Multitud de fieles de toda la ciudad acuden esa tarde a la Celebración de la Eucaristía en el patio Central del colegio Salesiano y al desfile procesional que sigue a continuación por el barrio de San Lorenzo y que constituye el broche de oro de la Solmene Novena y Fiesta de la Señora.
      En el año 2005, la imagen es objeto de una profunda restauración, sufragada en gran media por la aportación de los fieles. Con motivo del Cincuentenario (2006) de la Inspectoría salesiana Santo Domingo Savio, con sede en Córdoba, la centenaria imagen volvió a recorrer las calles del barrio de San Lorenzo.
 
     Poco después del mediodía del día 10 de mayo de 2009, la imagen de María Auxiliadora se convertía en la sexta imagen mariana en ser coronada canónicamente en nuestra ciudad. La jornada había comenzado bien temprano, a las 8' 30 horas de la mañana las campanas de la Santa Iglesia Catedral anunciaba la salida de la imagen, que había sido trasladada en la tarde del día anterior al primer templo de la Diócesis, que sería llevada hasta el bulevar del Gran Capitán en Rosario de la Aurora. Siguiendo el horario previsto, sobre poco antes de las once y media de la mañana el cortejo, en el que se encontraban más de un centenar de mujeres ataviadas con la clásica mantilla, llegaba al bulevar del Gran Capitán donde se encontraba ya todo dispuesto para el acontecimiento. El arzobispo coadjutor de Sevilla, D. Juan José Asenjo presidió el pontifical e impuso las coronas, según el ritual, primero al niño Jesús y posteriormente a la imagen de María Auxiliadora.

MARÍA SANTÍSIMA DE BELÉN DE PALMA DEL RÍO

María Santísima de Belén de Palma del Río
 
    No se conoce el momento exacto en que se inicia en Palma del Río la devoción a la Santísima Virgen bajo la advocación de Belén, aunque lo más probable es que llegara en la Edad Media. Sabemos que en 1236 Fernando III conquistaría Palma y que este monarca, muy devoto de la Virgen, lo primero que ordenaba era la consagración de los templos mayores de los lugares reconquistados a María Santísima, algo que pudo suceder en la que fuera Mezquita de la Palma musulmana que pasaría a ser Iglesia de Santa María. Por estos años, la llegada de órdenes militares que habían participado en las Cruzadas en Tierra Santa, así como de órdenes mendicantes, entre ellos los franciscanos encargados de custodiar los santos lugares, introducirían en la España reconquistada devociones relacionadas con Tierra Santa: Santo Sepulcro, Vera-Cruz y por supuesto Belén. Es también posible que los repobladores norteños que llegaron a Andalucía trajeran a nuestras tierras una devoción a la Virgen de Belén que ya existía en los siglos XI y XII en el Norte peninsular.
    Las leyendas piadosas difunden que el origen de esta devoción, al igual que otras muchas, estaría en una aparición milagrosa de la Virgen en este caso en un cerro junto al Guadalquivir, junto a un manantial natural de agua, a un pastor. Tras el hecho milagroso se supone que se levantaría una ermita y que conservaría alguna imagen del tipo iconográfico gótico, ermita e imagen que se conocerá por primera vez documentalmente en 1436, cuando se menciona en el testamento de Francisca Portocarrero (cuya familia ostentaba el señorío de la Villa), lo que indica que ya en el siglo XV tendría gran devoción. Con el nuevo siglo, en 1507, la Reina Juana otorga el título de condes a los señores de Palma, la citada familia Portocarrero. El I Conde Luis Portocarrero fomentaría en Palma la fundación en 1518 de un Convento franciscano al que se pondría bajo la advocación de Nuestra Señora de Belén recogiéndose pues esta antigua devoción palmeña, si bien parece ser que durante un tiempo hay mención a dos lugares ya que el santuario a orillas del Guadalquivir continuaría funcionando y recogiendo la antigua imagen.
    La primitiva Virgen de Belén continuaría durante siglos recibiendo la devoción del pueblo, aun sin recibir todavía oficialmente el patronazgo sobre la Villa, hecho que lo demuestran las numerosas referencias a traídas en rogativas que se hacían de la venerada imagen. En uno de estos traslados y estancias en la Parroquia, en 1753, la primitiva imagen arde fortuitamente, teniéndose que encargar una nueva vinculada al círculo del imaginero cordobés Alonso Gómez de Sandoval. En este siglo XVIII, concretamente en 1781, el pueblo pide oficialmente el nombramiento de la Virgen como Patrona que es otorgado finalmente en 1806 por el Papa Pío VII. Conforme a esto, se organiza años después (por la interrupción causada por la Guerra de Independencia) una Cofradía cuyos estatutos, redactados en 1823, son aprobados por el rey Fernando VII en 1829.
 
    A inicios del siglo XX se normalizan los traslados de la Virgen que ya se harán en fecha fija cercana al 8 de septiembre. La devoción continuará hasta llegados los tristes sucesos de la Guerra Civil en 1936 en que la Virgen fue quemada intencionadamente al igual que muchas otras imágenes devocionales y templos palmeños. No se tardó mucho y en 1937 se adquiere la actual imagen de la Virgen de Belén. Con el fin de la guerra se buscaría retomar algo de normalidad y en los años inmediatamente posteriores el párroco Carlos Sánchez decide dar un ambiente más festivo a los traslados, naciendo la actual romería.
    Con el nuevo siglo, la Hermandad parece vivir un nuevo esplendor debido a los históricos acontecimientos vividos en los últimos años: en 2006 Palma celebra el Bicentenario de la proclamación de la Virgen de Belén como su Patrona y, a raíz de estos actos, el pueblo toma conciencia de la necesidad de ver coronada a su Virgen. La Hermandad iniciaría los trámites necesarios que culminaron en la tarde del día 8 de mayo de 2010 cuando la Virgen de Belén fue Coronada, por decreto pontificio del Santo Padre Benedicto XVI, ante más de 6000 personas en una ceremonia oficiada por el Arzobispo de Sevilla, D. Juan José Asenjo, y el Obispo de Córdoba, D. Demetrio Fernández.

    La actual imagen  de la Virgen de  Belén es una obra firmada y documentada por el imaginero onubense, afincado en Sevilla, Sebastián Santos Rojas, que la realizó en 1937 tras haberse perdido la anterior en la Guerra Civil. En origen era una talla de candelero para vestir que recogía las características de este imaginero en su obra mariana, especialmente de Gloria: tez blanca, rostro y poses algo hieráticas, expresión muy contenida,... La imagen actual sin embargo es resultado de una fuerte intervención a cargo del imaginero Luis Álvarez Duarte, consistiendo ante todo en una sustitución de la policromía por una policromía más morena y retocando los rasgos del rostro para dotar a la imagen de una ligera sonrisa y rostro más afinado, en definitiva, más cercana a las características de su producción. La imagen del Niño que porta en sus brazos, se ha dicho que guarda características dieciochescas, circulando varias leyendas alrededor de su origen.
    La venerada imagen se apoya sobre una peana del siglo XVIII obra del célebre orfebre cordobés Damián de Castro, llevando ráfaga de esta centuria aunque de factura algo más tosca, desconociéndose su autor. Tiene la Virgen en su ajuar dos coronas, siendo la más destacada la corona de oro y brillantes empleada en su coronación que fue donada por una importante familia en la década de 1920. La corona del Niño es obra actual, realizada para la coronación, a semejanza de esta otra y está realizada en oro procedente de donaciones de vecinos del pueblo.