Nuestra Señora de los Remedios de Aguilar de la Frontera
La devoción y culto a la Virgen
de los Remedios de Aguilar de la Frontera está vinculada desde sus orígenes a
la cofradía penitencial más primitiva y antigua de la Semana Santa: la Hermandad
de la Veracruz, de la que es Titular mariana desde los lustros centrales del
siglo XVI, en los que se fecha la erección canónica de esta cofradía. Existen
documentos que acreditan que en el año 1553 la hermandad de la Veracruz está
erigida en la ermita de la misma vocación, situada en el extrarradio del
pueblo, junto al camino o carrera de los Moriles, siendo su primer hermano
mayor Luis de Barrionuevo.
Un dato tomado de las cuentas presentadas por
la cofradía al obispado en 1575, atestigua que se pagó al carpintero Francisco
de la Cruz tres ducados por la hechura de unas andas. Con toda probabilidad
dichas parihuelas estaban destinadas para portar la imagen de la Virgen, ya que
le crucificado, por un reducido tamaño, era llevado en las manos por un
sacerdote.
Los rasgos estilísticos de la Virgen, aunque alterados
por algunas restauraciones, acreditan su antigüedad. Se trata de una talla que
pudo realizarse en el último tercio del siglo XVI, siendo muy característico
del periodo en el que la imaginería mariana presentase las denominadas “manos de tenedor” que aún
conserva la Virgen de los Remedios de Aguilar.
En la segunda mitad del siglo XVIII la hermandad
de la Veracruz, al igual que ocurrió con las demás de penitencia y gloria,
sufrió una periodo de declive, que la llevó hasta prácticamente su extinción,
circunstancia que vino originada, en gran medida, por las prohibiciones eclesiales
que se dictaron desde el Obispado cordobés. Aun así, el culto a la Virgen de
los Remedios en la ermita de la Vera Cruz se mantuvo sustentado por el fervor
devocional del barrio y en la mayordomía del templo, que consiguió preservar
las tradiciones procesionales del Jueves Santo y día de la Vera Cruz.
El resurgir cofrade del último tercio del siglo
XIX daría origen a que se refundase la primitiva hermandad, teniendo ya como
única Titular a la Virgen de los Remedios. Los nuevos estatutos son aprobados
por el obispo de Córdoba, Juan Alfonso de Alburquerque, el 16 de marzo de 1871.
A partir de este año la Virgen de los Remedios protagonizaría en solitario las
procesiones del Jueves Santo y la del Día de la Cruz, congregando en ella la
historia de la primitiva hermandad penitencial y aglutinando todo el fervor
popular mariano del barrio y del pueblo.
Acrecentada y consolidada la devoción a la
soberana Imagen en su ermita de la Veracruz durante las primeras décadas del
siglo XX, será la segunda mitad de esta centuria cuando acredite dicho
predominio con dos hitos históricos que marcan la sólida devoción que el pueblo
de Aguilar profesa a esta peculiar imagen mariana, que ha concitado en torno
suyo tres perfiles devocionales: penitencia, letífico y romero.
El primero de los hitos acontece en el mes
de junio de 1981 con la creación de la romería nacional en honor de la Virgen de
los Remedios donde recibe la visita de
miles y miles de romeros de Aguilar y pueblos limítrofes. Tal Arraigo quedó
consagrado y refrendado de forma palmaria con
el segundo hito devocional del siglo XX: la Coronación Canónica de Nuestra
Señora de los Remedios, acontecimiento celebrado el 22 de septiembre de 1996.